martes, 29 de abril de 2014

FAU/ 24 de Abril / Hipódromo-Cerro Blanco


                El día 24 de abril la junta fue a las 9:30 en la FAU o 9:50 en Mac Iver con Alameda, donde tomamos la micro 230 en dirección al hipódromo, punto de término de la última caminata.
                Después de bajar de la micro, en el camino al hipódromo se ve una gran conflicto, de un lado, un edificio recién construido abandonado, a lo que parece debido a los estragos del último terremoto del 2010, en el otro lado de la calle se ven 3 edificios en construcción. Se nota la tendencia de seguir construyendo en vez de arreglar lo que ya está hecho, dejando así los vacíos mal preservados y desocupados en la ciudad.
                Entramos en el hipódromo e hicimos las presentaciones y orientaciones para la caminata, en este día con dos invitados, Fernanda Ruiz, arquitecta de la Universidad Católica,  en representación de un estudio en relación a los cerros islas en Santiago (http://www.santiagocerrosisla.cl/) y David Scognamiglio, del CAC (Centro de Arquitectura Contemporánea).
                Salimos del hipódromo y fuimos en dirección al estadio de futbol Santa Laura, pero allá no nos dejaron entrar, ya que están en el momento haciendo grabaciones de una teleserie. Seguimos caminando por la calle Julio Martinez Pradanos, ex Santa Laura, hasta llegar a calle México. La sensación es de un barrio tranquilo, con construcciones residenciales  de un piso con fachada continua. Encontramos en el camino una feria de alimentos, su presencia se nota antes de verla, por el olor de pescado que se reconoce.
                Las residencias comienzan a mezclarse con galpones e industrias. Tenemos la primera visión del Cerro Blanco, por el fuerte smog del aire no se ven muy bien los cerros de en frente, pero igual se ve atrás de la suciedad del aire el Cerro San Cristóbal. Siguiendo por la calle México se nota la falta de comercio de barrio, encontrados apenas en algunos pocos quioscos en la vereda, ahora es mayor aun la presencia de galpones e industrias. No tiene muchas personas caminando por la calle, este factor y el buen ancho de la vereda permite que el gran grupo camine tranquilamente. 
                Llegamos en la calle Recoleta, allá ya no se tiene más tranquilidad, el angosto de la vereda y la rápida velocidad en que pasan los vehículos hace que el camino no sea cómodo. Por esta misma calle llegamos al Cementerio general, que a pesar de su uso de fuerte carácter se inserte bien en el contexto, se mostrando también como un buen ejemplo de lugar sedentario, principalmente por su uso y escala sería muy difícil que él cambiase de lugar.

                Después de una vuelta por el interior del cementerio seguimos en dirección al Parque Nacional Cerro Blanco por la calle Santos Dumont. Nos costó lograr encontrar una subida al cerro, la primera entrada del parque que fuimos estaba cerrada, y no era permitido subir por la calle interna del cerro. Así que fuimos por un sendero de difícil subida, por la inclinación y el tipo de terreno, pero fue rápida, en esto se nota la falta de ocupación pública en el cerro, ya que su acceso es tan difícil. Llegando arriba nos sentamos en la sombra de los árboles para entonces descansar y concluir el día de caminata con una buena conversa con los invitados.  

sábado, 26 de abril de 2014

FAU / 17 de Abril / Comuna Independencia




Una caminata más bien corta… Comenzamos en la FAU para luego dirigirnos en micro a la Norte-Sur con 14 de la Fama, en donde nuestro grupo se completó.  Allí nos encontramos con el enfrentamiento entre un barrio residencial y las industrias al borde de la autopista. Este barrio tenía un fuerte carácter comunitario, donde los pasajes eran estrechos y las viviendas contaban con antejardín. Además hallamos jardines infantiles, vulcanizaciones, un bazar y rayados que nos hacían sentir la presencia de una comunidad viva. Mientras que las industrias se manifestaban como lugares no aptos para la actividad humana, sin embargo eran habitadas.

Un miembro de nuestro grupo tuvo la curiosidad de visitar el terminal de flores. Personalmente no me causó gran impresión, pero al parecer a todo el resto del grupo si, ya que estuvimos gran parte de la caminata allí. Al comienzo de la siguiente caminata y conversando con los demás logré entender qué fue eso que les llamó tanto la atención. Según una compañera ese lugar estaba siempre vivo, es un recinto urbano en donde converge el sentido nómade con el sedentario. 

En Coproflor, nos encontramos con Don Ramón, un caballero que no sabía leer ni escribir pero sí que sabía acerca de plantas interiores tropicales. “De las rosas,  sólo sé que tienen espinas, nada más”. Nos habló y nos enseñó mucho de este tipo de plantas, las que cuidaba en un invernadero.

Continuamos nuestro camino por las calles de Independencia, fue bonito encontrarse con un barrio con una plaza central donde todas sus viviendas tenían acceso a ésta. Sentados en una banquita vimos unos caballeros que hablaban acerca de sus nietos, parecían amables y nos acercamos para preguntarles acerca de la historia de aquel barrio. Las casas fueron construidas en los años ’80. Y se nos terminó el tiempo quedando con la inquietud y curiosidad de conocer el Hipódromo. Lo dejamos para la próxima caminata.


María Fernanda Sánchez


miércoles, 23 de abril de 2014

FAU-Cartografía Caminata #2 Conchalí


Chicos! Acá está la cartografía de la 2da caminata por Conchalí. 



Les dejos el link de esta pagina que tiene delimitado las poblaciones y los barrios, quizas no es tan exacta pero sirve para tener de referencia por donde caminamos.

Saludos.


martes, 22 de abril de 2014

UTEM/16 ABRIL/MUSEO AERONÁUTICO


EL PAISAJE SE ABRE, COMO LA NECESIDAD DE NACER...


Las calles hoy nos guían.
La vista ampliada, ajena del sometimiento visual, se re descubre a través del paso, la transición de lo urbano y rural se pierde, en un paisaje disuelto, holgado y sensible a cualquier cambio... a nuestra presencia.
El habitar se aglomera y un conjunto de viviendas nos dan la bienvenida, en una de sus puertas un hombre en silla de ruedas nos cuenta su experiencia. Las calles nos direccionan, hasta disolvernos en evoluciones de la arquitectura. El paisaje sutilmente se complejiza y la orientación nos llama a gritos.
La presencia de fabricas, deshabita.

Las horas nos golpean.
Se asoma nuestro fin.
Un fin con sabor a descubrimiento.

El museo, es un libro hacia la historia, nos habla de la necesidad del hombre sobre el control del espacio, el poder y como aquello, nos produce libertad.
Envuelve a través de su paisaje interior y, nos entrega imagines de sueños hechos realidad.

El recorrido termina.
Somos el cambio, luego del proceso.

D. Rúz

miércoles, 16 de abril de 2014

UTEM / 09 De Abril / Atravieso por Villa Francia - " ex- aeropuerto Cerrillos"


http://www.youtube.com/watch?v=yCcgJnURy1c   (IMPORTANTE ESCUCHAR ESTE TEMA MIENTRAS LEES)


Rafael, Pablo, Miguel, Matias, Araceli, fiel reflejo de la juventud chilena. Luchadores, están vivos en la historia de San José de Chuchunco, actualmente Villa Francia, no tan solo en murales o historias de revolución, los cuales son homenaje a la dura pelea que se vivió en el periodo de dictadura, en todo Chile. Mas bien quedan plasmados en cada calle, en cada toma, en los recovecos urbanos de el que fuera un gran fundo, custodiado por sus ocupantes, que vieron crecer y florecer a esta gran villa, villa que todavía vive en su materialidad, en su forma, en sus pobladores la resistencia la desconfianza, como si tuvieran puesto una armadura una fortaleza, mientras su entorno crece tranquilo, viendo a este monumento imaginario, indemne siempre atento y listo para defender sus derechos y su historia.


                       "     el cambio de perspectiva. Casas del entorno a la villa sin protección, 
                              en contraste a la villa Francia......   Que pasa ????        "
                                                                              Lucho Cancino



                        "     Harto viejo.......El paisaje vernáculo, la naturaleza le abre paso al

                                pueblo.      "
                                                                               Alfredo y Ricardo

               
Mientras continuamos nuestro atravieso en dirección al Ex- aeropuerto de Cerrillos, le digo
a la cony, mira ese sitio eriazo!! el "wayo" no lo va a dejar pasar, jajajajaja y así fue, pasamos por un muro "accidentalmente" caído, a lo mejor por viejo o por algún temblor. Al subir a la cota más alta de este montículo ( ex- vertedero ) que aparentaba querer ser un parque, por una bancas que se encontraban por varios sectores de este, a mas de casas en situación de calle, apreciamos una esplendida vista del Gran Santiago cubierto por una nube de contaminación, a un lado el río no se cual, en vez de retirarnos a causa de ya no ver nada más que tierra de basura, continuamos explorando por varios, muchos minutos y tuvimos nuestra recompensa, a lo lejos divisamos un paño verde, arboles grandes y frondosos, islas de arboles, corrimos como si fuera un espejismo, ansiosos de refrescarnos y cubrirnos del sol, era el parque de villa Francia,  un desconocido, un vecino querido pero poco amigable por sus portentosas puertas y muros ciegos.
     Gracias Villa Francia.
                                                                                Por Pablo Ramos Garrido.

FAU / Caminata #3, Renca

Jueves 10 de Abril


Todo comenzo a las 9:30 en la FAU, finalmente, no, retomo desde cero.
Todo comienza a las 10 en la FAU, una vez no es costumbre, hoy reconocemos un pequeño contratiempo, pero el pequeño grupo de senderistas motivados se siente inmediatamente en la micro 314 hasta el segundo punto de encuentro, es decir, avenida El trabajo con Presidente Eduardo Frei.
Aquí, el grupo está creciendo, al mismo tiempo que la presión de la ascensión del Cerro Renca. La tercera caminata se lanza ahora cruzamos la autopista central y estamos de vuelta cerca de la vía férrea, lugar increíble que había salpicado el último paseo. Seguimos un camino precario y sin embargo, muy utilizado (Nos encontramos con muchas personas entrevistadas por este asombroso grupo de viajeros).

¡Aquí vamos! Al pie del Cerro Renca, tomamos altura sobre la ciudad para observar la comuna de Renca y sus alrededores desde su punto culminante.
Nos sorprendió descubrir la presencia de piezas de arquitecturas no tan precarias, en .una ladera de la montaña disfrutando de una vista nueva y única de la ciudad (La casita del ermitaño urbano).
Desde nuestra percha natural, tomamos nota de la ruta desde el cerro sin nombre de la primera caminata. Visualmente tan cerca y tan rico en diversidad.
Después «la ascenso» del cerro, comenzamos el descenso hacia la ciudad. A lo largo de la autopiste andamos en una cancha de futbol infinida como puerta de entrada en este nuevo barrio.
Por último, nos encontramos en la ciudad, caminando por la calle Los Crisoles bordeada de casas pequeñas, antes de cruzar de nuevo la ruta frontera y descubrir la avenida de Los Heloches y su entorno.
A primera vista el barrio parece nuevo y se respira un ambiente de paz y convivencia. La avenida principala puntada con juegos para los niños  y canchas de fútbol inaugurado el año pasado ilustra el renacimiento del barrio en busca de identidad. Entramos en la calle Las Margeritas cubierta en un lado de vivienda colectiva recientas y por el otro lado casas individualas. A nuestro acercamiento, la gente benévola, advertirnos que tener cuidado en la zona que no es tan segura.
Empezamos de hablar con une pareja que vive en esta calle en una casa individual , constuida con ladrillo en los dos primeros pisos y el ultimo de madera, y que nos cuenta su cotidiano y su modo de vida en el barrio. Todas estas casas tienen un jardín comunitario en la parte trasera.

Así que salimos de la avenida de los Heloches, a lo largo del parque hasta llegar a la avenida Senador Jaime Guzman. Entretanto nos encontramos con la vía férrea que dejamos antes. El punto final de nuestra excursión de un día, no sé si es el previsto originalmente. Pero sea lo que «¡es difícil perderse cuando no sabemos dónde vamos!». Desde acá, todo el mundo se va a recuperar su cotidiano urban santiaguin y espera para el siguiente paso...



Clement Latieule

martes, 8 de abril de 2014

UTEM, Territorio Terrorista #2


ADVERTENCIA: El siguiente relato da cuenta de lo sucedido el  pasado miércoles 2 de abril, cuando un grupo de jóvenes decidió adentrarse en una de las principales villas nido del  terrorismo chileno, si eres menor de 18 años, te recomendamos no seguir  leyendo, aun mas, si eres menor de 18 años y tienes una leve tendencia  a ir contra lo considerado normal o establecido, es mejor que  cierres esta pestaña, ya que las experiencias vividas aquel día, están dotadas de un fuerte contenido  sobrenatural, anormal y experimental, que podrían influenciar o potenciar  tu rebeldía patológica.



Es la segunda vez  que nos reunimos como exploraciones urbanas para recorrer la ciudad, y al igual que la  vez anterior, partimos en la casona de arquitectura, ubicada en calle Dieciocho, hoy tenemos  como “destino”  Villa  Francia y para  llegar  a ella  tomamos la micro 509, en la que pagan pocos  y subimos muchos, durante  el trayecto en micro no hay  algo que  llame mucho la atención a excepción de un túnel que  por el efecto que produce ver  las luces  a gran velocidad, me recordó a un video musical. Estuvimos arriba de la 509 aproximadamente 20 min. Hasta que nos bajamos  un poco antes de lo que debíamos,  olvidándonos que nos esperaban unos compañeros más adelante, como en ese momento  no nos acordábamos  que existían los otros compañeros, no dimos importancia al bajarnos antes  y  empezamos a caminar por una plaza o bandejon central, daba  la sensación de  que  caminábamos sin saber  a donde ir, hasta  que  un ruido capto nuestra atención, era el sonido de los cables de alta tensión,  en ese preciso instante comenzaron las exploraciones urbanas, empezamos a caminar  en la misma dirección que los cables, quizás por seguir el sonido o porque la plaza nos marcaba el camino, mientras caminábamos el profe guayo encontró un neumático atrapado  por un árbol (el  neumático estaba siendo reprimido por  este poderoso árbol que no le permitía ser libre y  solo buscaba  retenerlo hasta  su punto de ruptura… después nos enteraríamos que estas historias eran comunes en villa Francia) mientras comentábamos  la  lamentable  suerte  del neumático, llegamos al final de la  plaza, que tenia  como remate un inmenso terreno lleno de  tesoros que la gente había dejado de querer, nos adentramos  en el con en simple gesto de cruzar la calle y cuando  ya estábamos dentro, caminábamos muy cuidadosos ya  que por nuestros pies  pasaban decenas de tesoros, algunos  mas interesantes que  otros, como el CD de rock latino ese que todos  los papás tienen en casa (ese no tenia papás) o un disquete que  contenía quien sabe que, o unas planchas de cartón pluma que  tenia impreso el juego de Mario Bross, pero  lo mas sorprendente de todo, fue ver  a quien creo que era el cuidador  del  terreno de los tesoros, era un ser imponente, sin brazos ni piernas (quizás había zafado de la muerte varias veces,  tras las  constantes  guerras  civiles que ocurren en la zona) nos  acercamos a el, no nos dirigió ni una sola palabra, tenia  la cara pintada como el diablo de los Kiss y la única prenda que llevaba era una polera bastante interesante, le sacamos varias fotos, algunos mas osados  se atrevieron a tocarlo, el resto solo se dedico a contemplarlo hasta  que decidimos seguir nuestro camino y avanzar en dirección a Villa Francia, mientras dejábamos el peladero atrás, se podía  apreciar  que  las torres  que sostenían  los cables sonoros ocupaban gran parte del espacio de la plaza.

Caminamos, anduvimos, caminamos, anduvimos por largo rato bajo el acechante sol hasta que nos encontramos con uno de los compañeros que habíamos olvidado al principio, dirigimos algunas palabras y  seguimos caminado, el paisaje urbano empezaba cambiar  las casas de uno o dos pisos que  habíamos visto en la mayoría de nuestro andar se esfumaban y empezaban a aparecer  departamentos de mediana altura con problemas de  hacinamiento que tenían como solución  ampliaciones  palafiticas. El calor ya empezaba hacer efecto en el grupo, caminábamos mas lentos, observamos menos  y veíamos burras que eran mulas, así que decidimos sin conversarlo, detenernos en un puente que estaba sobre un canal, para  que nos entregara un poco de su frescura, algunos decían que estaba hediondo, yo preferí guardar silencio, no quería ofender al canal, se le notaba sensible y por lo demás,  lo  único que lograba sentir en ese momento era el alivio que entregaba el canal a las altas temperaturas, esperamos que pasara una moto bajo un hombre, una bicicleta bajo un niño y una guagua sobre un coche por aquel puente para seguir con nuestro andar, ahora de forma mas dispersa, algunos mas adelante junto a la profe Camila, otro conversábamos mas atrás y el profe  guayo por un lado diferente, hasta que se nos apareció una  huerta comunitaria y  un muro recordatorio de un joven acecinados por los pacos, eso  hizo  que nos volviéramos a aglomerar y que dedujéramos que ya estábamos en  Villa France, organización comunitaria y victimas de represión son características de  la famosa villa. Estábamos buscando a una señora  que nos podía contar un poco más de como funcionaba el lugar, por las cosas que habían pasado sus habitantes y por las que seguían pasando, no nos costo mucho llegar a ella, de pronto, estábamos sentados en una plaza  llamada  padre mariano esperando  a que aquella señora  nos recibiera en su casa, pasaron un par de minutos hasta  que la señora Silvia Medina  nos abrió  la puerta, salieron perros  y ella invitándonos a  pasar, entramos  en su casa con nuestra “habitual timidez”,nos sentamos  para escuchar lo que nos quería contar, fue  una conversación larga y amena, llena  de curiosidades  de nuestra parte  y de sentimientos desde la de ella, estaba muy abierta a contarnos sus historias, que eran las historia  de la villa, incluso nos dejo invitados para una segunda  vez,  tenia mucho mas que contar, nos despedimos y  salimos de su casa muy agradecidos,  poniendo mas atención a  lo que estaba a nuestro alrededor, ya comprendíamos un poco mas, que la historia de villa Francia, estaba en su calles, en sus muros, que  tenían bocas para recordar lo que no se debe olvidar, y  siguiendo  esas bocas es como continuo nuestro recorrido por san José de Chuchunco ( la señora Silvia nos había contado que ese era el antiguo nombre de villa Francia  y  que en un momento algún siútico para acercarse  a las europas,  la renombro ) vimos  cada mural  con ganas  de mirar el que seguía, queriendo sacar la mayor información de ellos, así paso el tiempo  hasta que  estábamos de vuelta  en la calle que habíamos empezado,  eso nos decía, que las exploraciones urbanas por aquel día habían acabado.   


Diego Lego Donoso

lunes, 7 de abril de 2014

FAU, Caminata #2



Jueves 03 de Abril, 2014

Todo comenzó juntándonos algunos en la FAU y otros uniéndose en el punto de partida de la segunda caminata, el mall Plaza Norte, comenzamos cruzando una pasarela que nos llevaba al otro lado de Américo Vespucio, donde nos pusimos a caminar por una calle (Ernesto Riel) hacia el interior de la comuna de Conchalí. Avanzando hacia el interior de una población se podían apreciar una gran diversidad de viviendas, las cuales se mostraban bastante pintorescas. Nos topamos con una cancha de tierra, un colegio, almacenes típicos de barrio, pero entre medio también se pudo apreciar una nueva construcción la cual desentonaba totalmente del entorno que veíamos, ya que se trataba de algo mucho más moderno. Adentrándonos por unos pasajes bastante amplios, se podían apreciar casas antiguas y todas muy diferentes unas de otras, muy lindas, con grandes terrenos, y ampliadas en su mayoría por sus propietarios, lo cual les otorgaba a cada una algo diferente y especial. Avanzando entre estos pasajes nos topamos a un caballero mayor, al cual le preguntamos acerca de la historia del sector, comentándonos que estábamos en la “Población Juanita Aguirre” y que ubicáramos a “Don Iván” en su casa unos metros más allá, quien nos podría entregar mayor información al respecto.

Don Iván, quien con mucha amabilidad nos relató un poco sobre la génesis de la población Juanita Aguirre, junto con su señora fueron unos de los primeros habitantes de este barrio, que en un principio era un sector de viñas, y que posteriormente en el gobierno de Arturo Alessandri se construyeron estas viviendas que estuvieron por mucho tiempo sin ser entregadas. Y que posteriormente, en el año 1965 en el gobierno de Frei Montalva, dichas viviendas organizadas en manzanas y enumeradas de la misma manera (lo cual era muy confuso y se prestaba para equivocaciones), finalmente fueron entregadas a sus propietarios. Una vez constituidas las primeras familias de la población los vecinos se organizaron para juntar fondos y comenzar a implementar la villa, ya sea con luz, veredas, plazas, canchas, sedes sociales, entre otros beneficios, como no pagar contribuciones. Don Iván, junto a su señora quien cordialmente nos abrió las puertas de su casa para conocerla y contarnos acerca de su historia en relación a su hogar, su distribución inicial, cómo la compraron y de cómo la fueron ampliando poco a poco, nos explicaban que en la actualidad la población ha ido sufriendo un recambio de vecinos, ya que con el transcurso del tiempo los propietarios han ido falleciendo y sus hijos vendiendo los terrenos, llegando gente nueva al sector.

Luego, continuamos nuestra caminata por calles aledañas, saliendo poco a poco de la población, en donde se podían seguir apreciando viviendas antiguas, unas más arregladas que otras, unas más humildes, otras más ampliadas, además, afuera de muchas de ellas, habían casas de perro muy particulares hechas por la gente, que se ubicaban a la orilla de la vereda. A continuación, recorrimos calles principales, como Independencia, Romeral, Los acacios, entre otras. Logrando apreciar negocios, canchas, plazas, bandejones centrales con bastante verde y otros no tanto, con juegos o máquinas para hacer ejercicio, paraderos del transantiago en la mayoría de las esquinas y variadas viviendas, que enmarcaban estas villas y poblaciones. Luego salimos a Barón de Juras Reales, una calle que recorrimos ampliamente, y la cual por un lado tenía casas y por el otro empresas e industrias. Doblamos por Nueva Uno para finalmente salir a la Autopista central la cual cruzamos y bordeamos por un buen rato, por Eduardo Frei Montalva (sector industrial), que se muestra como una zona bastante árida y con mucho transito vehicular. Finalmente, llegamos a una curva en donde nos metimos por un camino de tierra en donde se veían circular bastantes ciclistas, quienes tomaban esta vía como una especie de atajo o pasadizo. Dicho camino, nos llevo a una vía férrea bajo la autopista central a los pies del cerro Renca, era un lugar que evidenciaba cierto tránsito de gente, algo de basura acumulada en algunos sectores, maleza larga y seca, piedras y en la estructura bajo el puente había diversos rayados y graffitis. Este lugar nos pareció bastante interesante e inspirador para finalizar nuestra exploración con algunas lecturas, para así reflexionar y comentar nuestras experiencias respecto a lo visto y recorrido esa mañana.

Sofía Quezada Vásquez.


sábado, 5 de abril de 2014

FAU, Caminata #1

Como ya sabemos, el ser humano está en una perpetua contradicción: el instinto y la razón compiten constantemente para definir toda decisión y actitud en la vida. Es por esto que cada decisión racional tiene su contraparte irracional, emotiva, instintiva, muchas veces inexplicable; igual que el sedentarismo heredado del neolítico tiene una reacción nómade, hermana del impulso animal que recorre el territorio para apropiarse de él.

Como también sabemos, la superficie terrestre fue hace largo tiempo declarada descubierta, mapeada y conocida. Sin embargo, en la sociedad de las rápidas transformaciones y contradicciones simultáneas, lo mapeado, registrado y teorizado se hace insuficiente para comprender la realidad física y social que emerge y desaparece intermitentemente en nuestras ciudades. En ese sentido, la exploración, el caminar como medio para apropiarse temporal (pero irrevocablemente) del territorio, se convierte en una herramienta plausible en este re-descubrimiento de una realidad artificial y que, muchas veces, no suele aparecer en medios tradicionales.

Utilizando este mismo método empírico, definimos una ruta referencial para nuestra ciudad, Santiago de Chile. El trayecto que definimos para re-conocerla es de Norte a Sur, pero considerando los bordes urbanos y el encuentro con áreas rurales y agrícolas.


Comenzamos subiendo un cerro sin nombre, al norte de Colina, caminando por su ladera. Caminamos a través de una zanja, que al parecer recorría todo el cerro en determinada altura. Después comprobamos que era una canalización de agua, cuyo origen ni destino pudimos comprobar. En la zanja, que en algunos tramos era un túnel de roca, había basura, zapatos, latas de cerveza. Parecía ser un lugar utilizado más de una vez como refugio de la ciudad, sobre todo por la capacidad física de dar refugio y al mismo tiempo concentrar una vista muy interesante de la ciudad.
Descendimos por la ladera sur oriente, a lo que parecía una industria productora de cemento y ladrillos, ubicada entre el cerro y condominios cerrados, imagen realmente contrastante desde la panorámica en altura. Pasamos fuera de un colegio, cuya vista era obstaculizada.
El colegio era parte de uno de los barrios-condominio que habíamos visto antes desde el cerro. Era un barrio residencial, con áreas verdes privadas, con calles cuyos nombres eran “Calle Privada 1”, el espacio público limitaba con una reja que separaba condominios. Lo primero que pensé fue que era un lugar sin identidad, genérico, insípido.
Ya en el borde del condominio recorrimos el límite de proyectos que apuntaban al mismo tipo de vivienda. Sin embargo, cruzando una esquina, nos encontramos con una ciudad radicalmente diferente. Una ciudad menos rica, pero mucho más viva. Pasamos, inmediatamente después a una zona de bodegas, propia de un barrio empresarial.

El fin de la exploración fue bordeando el mall Plaza Norte, remate de una secuencia muy contradictoria desde un elemento natural, pasando a un espacio destinado a la industria, luego una burbuja residencial, adyacente a su vez a viviendas mucho más económicas que le miran la espalda a este gran complejo comercial. Secuencia de realidades muy contrastantes, sobre todo porque cada una de éstas parece tener una forma propia de funcionar y no necesariamente de funcionar armónicamente con el resto de la ciudad.

Por Felipe Avalos L.

viernes, 4 de abril de 2014

UTEM, Caminata #1












Nuestra primera caminata comienza hoy miércoles 26 de Marzo. No tuvimos mayores problemas para reunirnos a pesar de que sala estaba ocupada. Como nunca hacia mucho frio, pero las ganas de explorar la cuidad nos hacían superarlo. A las 11:33 salimos de la casona por la calle Dieciocho con dirección a la Alameda. Cuando nos encontrábamos en nuestro primer destino, no sabíamos si tomar micro o metro, pero finalmente decidimos subir en el metro Los Héroes hasta la estación Santa Ana, para hacer la combinación a la línea 5 con dirección Plaza de Maipú. Una vez en la estación Del Sol, nos dispusimos a comenzar nuestra primera travesía. En este momento ya no sentíamos frio, pero podíamos notar que el calor comenzaba a pronunciarse. Salimos por av. Pajaritos y caminamos hacia el Noreste, antes de llegar a la carretera de Américo Vespucio cruzamos av. Pajaritos. Luego de caminar por un sendero comenzamos una de las aventuras más interesantes del día, cruzamos (muchos por primera vez) las carreteras por la ribera del Zanjón de la Aguada. Quedamos impactados por el tamaño de las vigas, nunca había visto algo así y menos había sentido lo duras que son hasta chocar con mi cabeza. El olor y el sonido nos hacen transportarnos a espacios inimaginables, era una sensación como estar entre playa y campo. El sonido nos hacía sentir lo frio y solitario que era el lugar. Nos topamos con rastros de fogatas propias de los habitantes del inferior de la carretera. Ropa, colchones, carritos de supermercado y zapatos ornamentaban el lugar. Continuamos nuestro recorrido siguiendo una huella en el camino, hasta que nos encontramos con un galpón de ventas outlet y cruzamos av. Los Pajaritos. Solo conversábamos de lo que habíamos visto, estábamos asombrados de encontrarnos con los olores que sentimos, la soledad del lugar y las experiencias vividas. Era como haber ido por unos minutos a un lugar muy lejano de la ciudad. Caminamos por el bandejón central de la avenida. El paisaje cambio completamente, se acababa lo árido y comenzaba lo verde. Los senderos estaban totalmente equipados con plazas activas y con muchas personas realizando deporte. Ya nos podíamos sentir de vuelta en la cuidad. Caminamos hasta la estación del metro Monte Tabor, cruzamos hacia el sureste por la calle Providencia. En el camino nos volteábamos a mirar lo escalofriante que era ver la estación del metro como un extraterrestre sobre las casas. Cruzamos la calle Isabel Riquelme con la intención de volver a bajar a la ribera del zanjón, pero el intento fue fallido y tuvimos que volver a subir a la avenida. Cuando estábamos cruzando el puente se nos acercó un residente que no hacía más que darnos a conocer su descontento, alegaba que los encargados de los últimos arreglos del rio habían dejado el trabajo inconcluso y que producto de eso el rio se estaba transformando en un basural, termino deseándonos buena suerte en camino y pidiéndonos que el problema de los residentes lo hiciéramos público. Cuando llegamos al otro lado del rio, un oasis en el camino nos impactó. En medio de carreteras y un rio perfectamente encausado, encontramos paños de cultivo agrícola. Lechugas, tomates, apio, cebollas, coliflores, acelgas y brócolis nos hacían sentir en el paraíso. A lo lejos se visualizaba un hombre cosechando, no dudamos en entrar. Entre los cultivos se encontraba un enorme sauce y bajo este una casa. Rigoberto Arancibia nos recibe y nos cuenta el funcionamiento de los cultivos, siempre acompañado de un cigarro y un bodega uno. Seguimos nuestro camino y entre matas de apio nos topamos a don Julio Bustos, quien además de contarnos sobre su trabajo nos regaló ramitas de su cosecha antes de seguir caminando. Salimos de esos predios y cruzamos con la intención de llegar hasta Villa Francia. Caminamos un poco más de cien metro hasta llegar a una casa de donde salió un hombre que nos indicó por donde debíamos seguir el camino. Bordeamos la Autopista del Sol entre pastizales y conejos hasta encontrarnos con una avenida local. Bajamos a la autopista y la cruzamos, siempre con la intención de llegar a nuestro destino. Cuando logramos cruzar todo el grupo, caminamos hasta av. Simón bolívar. Luego de ver la hora llegamos al acuerdo de finalizar nuestra primera gran travesía. Terminamos cansados, con calor y algunos con hambre, pero felices por el exitoso comienzo de un semestre de aventuras. 

Constanza Valdivia Muñoz
 24/03/2014