Muy bien… Imagina esto si quieres.
Salimos de la casona como de costumbre, después de unas
entretenidísimas clases*, nos dispusimos a tomar la micro, tomamos la maquina
del misterio, nadie tomo mucha atención al recorrido, y nos bajamos? NOS
BAJAMOS!, y si, nos bajamos.
Pasamos cerca del único parque de Pedro Aguirre Cerda (no
recuerdo el nombre), donde habíamos estado conversando la semana pasada y
caminamos, hasta que decidimos separarnos para entrar a la temida población, La
Victoria, piolamente. La meta? Llegar a la casa del fallecido André Yarlán.
Entonces varios de nosotros en grupos entramos a la
población, tuve la agradable compañía de Donoso jaja. Las señoras sentadas
afuera de su casa tejiendo o los tipos parados en las esquinas y saludando a
los amigos que pasaban era común y me
sentí un extranjero muy rápidamente. Y a pesar de que nos hayamos separado,
todos llegamos a la feria del lugar, y nos fuimos por ella hasta que termino,
preguntamos donde quedaba la casa y llegamos rápidamente.
No era una competencia, pero igual llegamos primero. No hubo
ninguna recompensa, porque la casa nombrada estaba cerrada, pero de la nada llego
Iris, autóctona del lugar y nos invito a su casa, nos dio unos cojines para sentarnos en el suelo y
nos relato un poco de la historia de la población (porque estoy seguro que la
historia de la Victoria era mucho más que unos 20 minutos de relato), súper
entretenido todo. Iris se despidió y ya no estábamos más en la casa. Dejamos la
caminata del día hasta ahí y nos fuimos a tomar la micro de regreso, pero no
sin antes comprar aceitunas y ensaladas para el caminoJ.
*Léase con la respectiva Ironía.
Por favor cree lo que acabo de decir...
Por
Pablo Mora Salazar.
que bueeeeena compañía
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