Jueves
03 de Abril, 2014
Todo
comenzó juntándonos algunos en la FAU y otros
uniéndose en el punto de partida de la segunda caminata, el mall Plaza Norte,
comenzamos cruzando una pasarela que nos llevaba al otro lado de Américo
Vespucio, donde nos pusimos a caminar por una calle (Ernesto Riel) hacia el
interior de la comuna de Conchalí. Avanzando hacia el interior
de una población se podían apreciar una gran diversidad de viviendas, las
cuales se mostraban bastante pintorescas. Nos topamos con una cancha de tierra, un
colegio, almacenes típicos de barrio, pero entre medio también se pudo apreciar
una nueva construcción la cual desentonaba totalmente del entorno que veíamos,
ya que se trataba de algo mucho más moderno. Adentrándonos por unos pasajes
bastante amplios, se podían apreciar casas antiguas y todas muy diferentes unas
de otras, muy lindas, con grandes terrenos, y ampliadas en su mayoría por sus
propietarios, lo cual les otorgaba a cada una algo diferente y especial. Avanzando
entre estos pasajes nos topamos a un caballero mayor, al cual le preguntamos
acerca de la historia del sector, comentándonos que estábamos en la “Población
Juanita Aguirre” y que ubicáramos a “Don Iván” en su casa unos metros más allá,
quien nos podría entregar mayor información al respecto.
Don
Iván, quien con mucha amabilidad nos relató un poco sobre la génesis de la
población Juanita Aguirre, junto con su señora fueron unos de los primeros
habitantes de este barrio, que en un principio era un sector de viñas, y que
posteriormente en el gobierno de Arturo Alessandri se construyeron estas
viviendas que estuvieron por mucho tiempo sin ser entregadas. Y que
posteriormente, en el año 1965 en el gobierno de Frei Montalva, dichas
viviendas organizadas en manzanas y enumeradas de la misma manera (lo cual era
muy confuso y se prestaba para equivocaciones), finalmente fueron entregadas a
sus propietarios. Una vez constituidas las primeras familias de la población
los vecinos se organizaron para juntar fondos y comenzar a implementar la
villa, ya sea con luz, veredas, plazas, canchas, sedes sociales, entre otros
beneficios, como no pagar contribuciones. Don Iván, junto a su señora quien
cordialmente nos abrió las puertas de su casa para conocerla y contarnos acerca
de su historia en relación a su hogar, su distribución inicial, cómo la
compraron y de cómo la fueron ampliando poco a poco, nos explicaban que en la
actualidad la población ha ido sufriendo un recambio de vecinos, ya que con el
transcurso del tiempo los propietarios han ido falleciendo y sus hijos
vendiendo los terrenos, llegando gente nueva al sector.
Luego,
continuamos nuestra caminata por calles aledañas, saliendo poco a poco de la
población, en donde se podían seguir apreciando viviendas antiguas, unas más
arregladas que otras, unas más humildes, otras más ampliadas, además, afuera de
muchas de ellas, habían casas de perro muy particulares hechas por la gente,
que se ubicaban a la orilla de la vereda. A continuación, recorrimos calles
principales, como Independencia, Romeral, Los acacios, entre otras. Logrando
apreciar negocios, canchas, plazas, bandejones centrales con bastante verde y
otros no tanto, con juegos o máquinas para hacer ejercicio, paraderos del
transantiago en la mayoría de las esquinas y variadas viviendas, que enmarcaban
estas villas y poblaciones. Luego salimos a Barón de Juras Reales, una calle
que recorrimos ampliamente, y la cual por un lado tenía casas y por el otro empresas
e industrias. Doblamos por Nueva Uno para finalmente salir a la Autopista central la cual cruzamos y bordeamos
por un buen rato, por Eduardo Frei Montalva (sector industrial), que se muestra
como una zona bastante árida y con mucho transito vehicular. Finalmente,
llegamos a una curva en donde nos metimos por un camino de tierra en donde se
veían circular bastantes ciclistas, quienes tomaban esta vía como una especie
de atajo o pasadizo. Dicho camino, nos llevo a una vía férrea bajo la autopista
central a los pies del cerro Renca, era un lugar que evidenciaba cierto
tránsito de gente, algo de basura acumulada en algunos sectores, maleza larga y
seca, piedras y en la estructura bajo el puente había diversos rayados y
graffitis. Este lugar nos pareció bastante interesante e inspirador para
finalizar nuestra exploración con algunas lecturas, para así reflexionar y
comentar nuestras experiencias respecto a lo visto y recorrido esa mañana.
Sofía
Quezada Vásquez.
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